Un Sitio con Historia
El Criadero de Semillas Buck se encuentra sobre la ruta 86, en el partido de Necochea. Una empresa de punta con sede en el casco de la estancia familiar. Entre una frondosa arboleda, el laboratorio, las oficinas, los galpones y los silos se mezclan con las casas de familia, la pileta y la capilla, idéntica a la del valle de Schoenstatt y a los diecisiete santuarios que hay en el país.
José Buck nació en 1900, en Alemania, en el seno de una familia de agricultores. A los 23 años partió rumbo a la Argentina, alentado por la promoción que realizaba el gobierno nacional en Europa e impulsado por las escasas posibilidades que brindaba su país, devastado tras la Primera Guerra Mundial y con la ley de mayorazgo en vigencia.
La llegada no fue fácil. Lejos de sospechar que Buck se convertiría en el apellido de la semilla -tal como reza el slogan de la empresa- el joven inmigrante trabajó en el desmonte de la selva misionera y en un campo de La Pampa.
Seguro de un porvenir próspero, José Buck viajó a Alemania para casarse con María Ana Hummler y a poco de regresar arrendó trescientas hectáreas de campo en Defferrari (Necochea), para desarrollar su propio programa de mejoramiento.
Pasaron doce años -el tiempo que necesita un cruzamiento para ser variedad- y el Criadero de Semillas Buck lanzó al mercado su primer trigo, llamado Buck Araucano.
La empresa creció fundamentalmente de la mano de Don José, su hijo Carlos, y el resto de su familia y con ella, la estancia y su producción agropecuaria. Los ingenieros y encargados se instalaron en el lugar, junto con sus familias y llegaron a vivir tantos niños allí que en los años 60 se construyó una escuela, al otro lado de la ruta.
El crecimiento del programa obligó a la adecuación de la infraestructura por lo cual, en la década del 1960, se construyó un nuevo edificio en donde se instaló un Molino Bühler, un alveógrafo de Chopin y un Infratec Foss (NIR), pilares fundamentales de nuestro laboratorio de calidad de trigo. Además, se modernizaron las labores del Campo Experimental con la adquisición de maquinaria acorde a las necesidades del avance del programa.
En sus inicios en 1930, la empresa se dedicó casi en forma exclusiva a los cereales de invierno: Trigo, Cebada y Avena. A partir de la década del 1980, Buck Semillas incursionó en la producción de híbridos de cultivos estivales Maíz y Girasol, iniciando a partir de 1985 su propio programa de Mejoramiento Genético de Girasol.
Con el cambio de milenio llegó el momento de acelerar los procesos para la obtención de variedades e híbridos comerciales y fue así necesaria la instalación de un invernáculo y una cámara de crecimiento que permitieran acelerar los ciclos de cultivo.
La interacción con Instituciones públicas y privadas de la Argentina y del exterior ha sido una fortaleza de Buck Semillas. Centro de Investigación como el CIMMYT, universidades nacionales y extranjeras como así también otros programas de mejoramiento genético han contribuido al desarrollo de nuestro programa. Producto de esta relación Buck Semillas ha registrado variedades en USA y países limítrofes, como así también ha inscripto en Argentina cultivares con germoplasma de origen extranjero.
Sin duda Buck Semillas tiene una larga historia que contar y mucho más por escribir…

